El rol del Presidente de la Junta Directiva en Empresas Familiares Multigeneracionales
Normalmente, se asume que el rol del Presidente de la Junta Directiva de una empresa es simplemente asegurar el buen funcionamiento del directorio y de los comités de gobernanza que lo apoyan. Sin embargo, el alcance de este rol puede llegar a ser mucho más complejo.
En una mirada de 360 grados, las responsabilidades del presidente de la junta directiva —o Chairman, como se le dice en inglés— podrían definirse en cinco ejes:
- Hacia adentro: el funcionamiento de la propia junta directiva y de sus comités
- Hacia afuera: la representación ante terceros
- Hacia arriba: la relación con la familia accionista
- Hacia abajo: las responsabilidades hacia la empresa
- Alrededor: hacia la propia arquitectura de gobernanza corporativa y familiar
Las responsabilidades y el alcance del rol del Presidente de la Junta Directiva dependerá de cada empresa, de cada familia y de los retos que estén atravesando teniendo en cuenta su etapa de desarrollo como sistema de empresa familiar.
Las responsabilidades hacia adentro
Las responsabilidades del Presidente de la Junta Directiva “hacia adentro” coinciden con la visión habitual que se tiene sobre este rol de asegurar el buen funcionamiento de la Junta Directiva y de sus comités de apoyo. Esta es una responsabilidad bastante estándar, tanto en empresas familiares como en las que no lo son. El Chairman, en este eje, se dedica a organizar la agenda, asegurarse que haya un buen debate (integrando a los directores independientes, si los hay) y a que la información les llegue a los directores con tiempo suficiente. También debe velar porque la conformación de la Junta Directiva y de sus comités sea la adecuada – en número y perfiles- y que sus miembros tengan mecanismos de retroalimentación a través de evaluaciones periódicas.
Las responsabilidades hacia afuera de la empresa
Este punto tiene que ver con la representación ante terceros. Aquí, el director juega un rol clave al ser la cara visible de la empresa, ya sea hacia los medios de comunicación, los gremios, y los mandos oficiales o gubernamentales. Muchas veces, sin embargo, el vocero de la compañía no es el presidente de la Junta Directiva, sino el Presidente Ejecutivo (CEO). Esto dependerá de las reglas definidas para el rol. Con frecuencia, ya sea el CEO o el Chairman, este rol es ocupado por un miembro de la familia, alguien comprometido plenamente con los valores familiares y el futuro de la empresa.
Responsabilidades hacia arriba
Las responsabilidades “hacia arriba” tienen que ver con la relación con la familia accionista. Este rol es fundamental, ya que, en definitiva, la Junta Directiva representa directamente a los accionistas. Por lo tanto, el Presidente de la Junta Directiva debe asegurarse de que se mantengan los canales de comunicación y de rendición de cuentas con los accionistas.
Responsabilidades hacia abajo
Estas son las responsabilidades hacia la empresa, mediante el apoyo que el Chairman le da al Presidente Ejecutivo (o CEO como se conoce en inglés). Precisamente, el Chairman es el canal de comunicación formal entre la Junta Directiva y el CEO, y es quien debe asegurarse de que las decisiones tomadas en el directorio sean aplicadas en la empresa. En este punto, es relevante destacar la magnitud del reto que puede ser para el Chairman apoyar la gestión de la empresa sin interferir, o sin minar la autoridad de ese CEO. El equilibrio entre esas dos personas es muy importante.
Responsabilidades alrededor
Finalmente, las responsabilidades del Presidente de la Junta Directiva “alrededor” son aquellas relacionadas con la arquitectura de gobernanza corporativa y familiar. Para que un sistema complejo funcione bien, la coordinación entre estos dos sistemas es fundamental. A su vez, el Chairman está en una posición privilegiada para asumir la responsabilidad de tener una mirada evolutiva, hacia el futuro, y anticipar posibles cambios en la estructura de gobernanza. El Chairman además puede tener una mirada holística, al tener la capacidad de elevarse y ver el sistema como un todo, asegurándose de que las personas adecuadas estén en los roles adecuados, de que la distribución de la autoridad sea apropiada y de que los sistemas de comunicación y de rendición de cuentas funcionen.