El rol de los consejos de administración en las empresas familiares
Al alcanzar cierta madurez, dimensión y complejidad, muchas empresas familiares comienzan a formalizar sus órganos de gobierno, poniendo especial énfasis en el consejo de administración. Habitualmente, las empresas familiares implementan esta estructura al hacer la transición desde la primera a la segunda generación, para hacer frente a la necesidad de incorporar conocimiento externo y criterio independiente, que les ayude a diferenciar los temas de familia de los temas de negocio, así como complementar la experiencia y perspectivas de los accionistas en la toma de decisiones.
El Consejo debe pensar en la empresa y en sus principales problemas y retos, siendo la planificación de la sucesión del liderazgo de la empresa uno de los más importantes.
¿Consejo de administración o consejo asesor?
Algunas empresas familiares que se inician en el desarrollo de sus sistemas de gobierno deciden crear un consejo asesor, a veces como paso previo a la creación de un consejo de administración. Existen otras empresas que hacen el camino inverso o que únicamente llegan a tener un consejo asesor.
El consejo asesor lo componen personas externas, que dan al presidente de la empresa familiar, y/o a sus ejecutivos más relevantes, asesoramiento no vinculante en determinadas materias. Ambos consejos —el asesor y el consejo de administración— pueden ofrecer el talento y la visión externa que la empresa familiar necesita; la diferencia fundamental radica en que el consejo de administración tiene por ley responsabilidad fiduciaria, mientras que el consejo asesor no la tiene.
Confianza: la clave del éxito del consejo
La creación de un consejo de administración es un gran paso para una empresa familiar. Cuando una familia o un líder decide que es el momento de implementar ese órgano de gobierno, la selección de los consejeros es fundamental, así como la disposición a facilitar al consejo la información necesaria y poner en agenda los temas críticos y relevantes. La confianza puesta en cada consejero, y en el consejo como un todo, es la clave para que los consejeros sean capaces de contribuir efectivamente con el consejo y, en consecuencia, que el consejo termine añadiendo valor a la empresa familiar.
¿Cómo elegir a los consejeros externos?
La búsqueda y selección de los consejeros es muy importante, y debe hacerse con objetividad. Es muy recomendable elegir consejeros que estén activos y al día con los movimientos del mercado y la economía, y que sean capaces de proporcionar información y juicio crítico. Es también muy importante para el buen funcionamiento del consejo que se realice un análisis de los perfiles que se requieren, buscando formar un ente que tenga diversidad de perfiles, edades, géneros y experiencias.
Otro aspecto sumamente relevante en empresas familiares es que los consejeros externos e independientes conozcan, comprendan, y asuman como suyos los valores de la familia accionista; la cultura de la empresa familiar; su historia; su visión a futuro, y los retos más importantes que la empresa familiar debe de atender. Por ello, una práctica muy recomendable es la formalización de procesos de orientación o inducción de nuevos consejeros mediante los cuales profundizar en todos estos puntos.
¿Cómo elegir a los consejeros familiares?
En empresas familiares, los consejos de administración suelen incorporar consejeros familiares. Su selección es también muy importante y debe basarse en criterios objetivos, de meritocracia, y en base a su talento, más allá del hecho de pertenecer a la familia empresaria. En el caso de ser seleccionados, es importante que los consejeros familiares puedan trasladar su cultura familiar y su visión sobre la propiedad en sus contribuciones al consejo, a la vez que mantienen su objetividad y su independencia de criterio.
La evaluación del consejo de administración
Finalmente, una práctica de buen gobierno que ha tomado gran auge e importancia en las empresas familiares es la implementación de procesos de evaluación de desempeño del consejo. Cada vez es más común que los propios consejeros, familiares y no familiares, quieren y exigen ser evaluados, siendo una oportunidad de desarrollo muy valiosa para las empresas familiares.