Ya sea por el contexto o por las posturas ideológicas de los individuos, el encuentro entre la política y las empresas familiares puede constituirse en un verdadero dilema. Moisés Naím, periodista, escritor, columnista y miembro distinguido del Carnegie Endowment for International Peace habla con Iván Lansberg, socio fundador de LGA, sobre las formas en que el entorno político afecta a las empresas familiares y las dinámicas entre las familias accionistas. Moisés reflexiona sobre cómo el entorno ejerce esta influcencia de afuera para adentro, e Iván comenta sobre cómo las familias son afectadas con una mirada de adentro hacia afuera.
¿Empresas políticamente neutrales?
Si bien en un mundo ideal las empresas podrían permanecer ajenas a la política, en la práctica no es fácil. A muchas empresas se les exige adoptar posturas políticas o, por los vínculos entre su actividad y el gobierno, se ven obligadas a hacerlo.
Hay muchas formas en que se manifiestan las tendencias políticas, por ejemplo, como posturas frente a grandes temas de coyuntura, frente a cuestiones cotidianas, declaraciones de apoyo, o donaciones de campaña.
Las posturas individuales dentro de la empresa familiar
Si bien ninguna empresa deber ser aun actor político, sus miembros, bien sea empleados, directores o accionistas, como ciudadanos, tienen el derecho a actuar y a opinar en política.
¿Cómo manejar esta complejidad? Algunas empresas plantean la postura política de los dueños como una estrategia. En otras, sin importar cuántas posturas existan dentro de la familia, se muestran como un grupo con una sola opinión. Pero, en los casos en los que hay miembros directamente involucrados en política, se pueden generar situaciones conflictivas que pueden llegar a perjudicar a la empresa.
Las familias que manejan estas situaciones con éxito suelen ser las que, en lugar de evitar el tema, lo lo discuten de forma sistemática, para generar lineamientos de compartamiento y buscar posibilidades de consenso. Lo mejor, en estos casos, es anticipar y no improvisar.
Los riesgos de la polarización
Cuando la división política dentro de la empresa trasciende al individuo y se produce una polarización por grupos, inclusive entre generaciones, pueden aumentar la hostilidad y los enfrentamientos.
En general, esta problemática se puede mitigar mediante una educación en la que se busque un sentido de ciudadanía familiar y se genere una conversación sistemática alrededor de las posturas políticas.
Los retos del entorno político
En algunos países de América Latina han surgido gobernantes abiertamente críticos contra el sector privado. La repercusión de esto a nivel macro es que se genera un ambiente de negocios negativo. El impacto a nivel micro se da cuando se agrede públicamente a una empresa, muchas veces poniendo en riesgo su existencia. Moisés Naím sugiere a las empresas familiares hacer lo que él define como una “auditoría de vulnerabilidades” con el fin de identificar los puntos vulnerables y diseñar planes para mitigar los riesgos, o para minimizar el impacto ante un posible ataque.
Ya sea que la continuidad de la empresa familiar se vea amenazada por el entorno político o por las diferencias políticas internas entre los miembros de la familia accionista, lo mejor es anticipar los conflictos, prever soluciones y mantener abierto el diálogo hacia adentro y hacia afuera de la empresa familiar.